El tráfico en la calle, el tic tac del reloj y un sinfín de ruidos más que se cuelan en nuestra casa a lo largo de todo el día, son lo que denominamos contaminación acústica. Ésta afecta a una de nuestras necesidades vitales más importantes: dormir.
La conciliación del sueño necesita unas condiciones óptimas para conseguir un descanso de calidad y que se consiga una recuperación tanto física como mental mientras dormirnos. Sin embargo, el ruido en el ambiente, hace que las condiciones para el descanso no sean tan adecuadas como deberían ser.
Nuestro sistema auditivo se expone durante todo el día a una cantidad de ruido excesivo, que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), no debería superar los 65 decibelios diarios. Sin embargo, estos límites se suelen sobrepasar con creces. Según la OMS, España es el segundo país más ruidoso del mundo después de Japón. Esto afecta de forma negativa a nuestro descanso y, por lo tanto, a nuestra calidad de vida. Numerosos estudios demuestran que los españoles, no solo no dormimos lo suficiente, si no que la calidad de nuestro sueño es muy baja.
Principales problemas provocados por la contaminación acústica:
Alteraciones de los ciclos del sueño. Esto provoca que nos cueste mucho dormirnos cuando nos metemos en la cama. Una gran dificultad para conciliar el sueño que, además, puede producir somnolencia diurna y una sensación de cansancio constante.
Pitidos en los oídos. Al exponer nuestro sistema auditivo durante todo el día a sonidos elevados, este se resiente. A la hora de dormir por las noches, en silencio, muchos de nosotros podemos escuchar un pitido muy agudo y molesto que nos dificulta el descanso.
Dolores de cabeza. En muchas ocasiones, derivado de los pitidos en los oídos, podemos sufrir un fuerte dolor de cabeza por la noche.
Fatiga e irritabilidad. Una consecuencia de no descansar correctamente durante el tiempo necesario es que nuestro cuerpo y mente no han podido recuperarse del todo. Esto se traduce en nuestro estado de ánimo estando muchos más irritables al día siguiente. Además, nos notamos mucho más cansados y fatigados.
Sueño más ligero con interrupciones. La contaminación acústica hará que nuestro sueño sea mucho más ligero y que, a cada ruido que escuchemos, nos desvelemos. Esto dificulta mantener un sueño sin interrupciones que pase por todas las fases del sueño de forma correcta.
Según la OMS, no se deberían exceder los 30 decibelios como máximo por la noche. Sin embargo, en muchas ocasiones es inevitable no exponerse a tal cantidad de volumen. A continuación te daremos unos consejos para que la contaminación acústica perjudique lo menos posible la calidad de tu sueño.
1. Siempre que sea posible y la distribución de la vivienda lo permita, intenta que los focos de ruido de la vivienda estén alejados del dormitorio. Aparatos como la televisión, la lavadora, radios o altavoces, deben estar lo más lejos posible del dormitorio para minimizar el alcance del sonido. Si esto no es factible debemos intentar no colocarlos al otro lado de la pared de nuestros cuartos.
2. La mayor parte del ruido se cuela en el dormitorio por las puertas y ventanas. El zumbido del tráfico, los aviones, el jaleo en la calle si vives en una zona muy concurrida… La entrada de estos sonidos se pueden minimizar cerrando bien las ventanas con sistemas herméticos. Si es posible, opta por colocar cierres y ventanas aislantes o de doble acristalamiento y con cámara de aire. 3. Una solución es dormir con tapones para los oídos. Prueba a usarlos si tu sueño es muy ligero y cualquier sonido te resulta molesto.